El choque cultural es una respuesta psicológica natural al estrés de adaptarse a una nueva cultura. Es esa sensación de estar fuera de lugar, confundido y abrumado cuando uno llega a un nuevo entorno.
Puede ocurrir cuando una persona viaja o se traslada a un país extranjero, como expat.
Experimentar el choque cultural puede hacer que uno se sienta desorientado, pero no sólo en el sentido del jet lag o de los largos días de viaje. El nuevo modo de vida y el conjunto de actitudes pueden hacer que uno crea que ha perdido el sentido de la orientación.
Los sentimientos de nostalgia, impotencia y aislamiento suelen acompañar al choque cultural. La adaptación puede ser un reto, pero se puede superar para disfrutar de la experiencia en el extranjero con las herramientas y los conocimientos adecuados.
Las etapas del choque cultural
1. La etapa de la luna de miel
Durante esta etapa, uno se sentirá ansioso por su viaje o mudanza al extranjero. Lleno de emoción y abierto a nuevas experiencias, conocerá a otras personas y verá la belleza en todo.
Es fundamental aprovechar al máximo esta etapa. Aprovechar esta sed de exploración y el enamoramiento de su nueva cultura puede ayudar a los expats a facilitar los siguientes pasos.
2. La etapa de la frustración
A veces llamada “etapa de negociación”, la etapa de frustración está marcada por una sensación de agobio ante todos los cambios.
Los sentimientos de nostalgia e irritación suelen marcar esta etapa. La frustración se hace familiar incluso con las cosas pequeñas, como las señales de tráfico confusas o los frecuentes fallos de comunicación con el camarero al pedir el café de la mañana.
Es una etapa natural cuando uno empieza a enfrentarse a los retos de la adaptación a una nueva cultura. Es importante recordar que esta etapa pasará, pero la paciencia y la capacidad de adaptación son inestimables.
Además, es un buen momento para que los expats hagan lo que sea necesario para relajarse, recargar las pilas y seguir su camino.
3. La etapa de adaptación
En esta fase, uno se siente más cómodo en su nuevo entorno, empezando a ver las cosas con más objetividad.
Los momentos de frustración seguirán ocurriendo, pero serán menos frecuentes e intensos. Naturalmente, las cosas se hacen más fáciles a medida que uno se familiariza con todos los cambios, desde las personas hasta la forma de comunicarse y lo que se come.
Con menos estrés y agravantes, se crea el espacio para formar relaciones más sólidas e incluso habilidades lingüísticas. Es durante esta etapa que los expats comienzan a hacer espacio para la aceptación.
4. La etapa de aceptación
La etapa de aceptación está marcada por la buena adaptación a la nueva cultura, donde incluso puede empezar a sentirse como en casa.
Se puede seguir teniendo momentos de nostalgia, pero probablemente serán menos intensos y de menor duración. En esta etapa, navegar por todo, desde el país hasta el idioma y los aspectos culturales, resulta más fácil.
En esta etapa, se trata de aceptar y comprender otras diferencias culturales a las que se está acostumbrado.
Cómo superar el choque cultural
Superar el choque cultural es un proceso que requiere voluntad, esfuerzo y tiempo. Aunque las etapas del choque cultural pueden ser desafiantes y confusas, cada una de ellas es un paso necesario y útil para acabar aprovechando al máximo la experiencia.
Los siguientes consejos no tratan tanto de “superar” el choque cultural en un sentido apresurado o presionado, sino más bien de estar presente y hacer frente a cada etapa.
1.- Aprender sobre la nueva cultura.
Conocer a los lugareños para aprender sobre su cultura, normas sociales y valores; ayuda a los expatriados a ver con más claridad cómo las cosas son diferentes de su país de origen, lo que les permite adaptarse y les recuerda que deben ver las cosas con objetividad.
2.- Mantener la mente abierta.
Algunas culturas pueden tener costumbres muy diferentes a las que estamos acostumbrados. Mantener la mente abierta ayuda a evitar los juicios y los pensamientos que conducen a la frustración.
3.- Ser paciente con uno mismo y con los demás.
Ninguna cultura es mejor que la otra; simplemente son diferentes. Es necesario aceptar estas diferencias en la medida de lo posible y tener paciencia para adaptarse a ellas.
No es fácil aprovechar una experiencia con una mentalidad cerrada y negativa.
Habla con otros expats o personas que se hayan trasladado al extranjero.
Conocer a gente nueva en una situación similar ayuda a facilitar la transición al aumentar los sentimientos de conexión y compañerismo.
4.- No olvidar el pasado.
Aunque aclimatarse a una nueva cultura es esencial, puede ser útil para los expats recordar de dónde vienen.
Pero al situar activamente ambas culturas, uno puede apreciar cada una de ellas más plenamente en lugar de quedarse atascado comparando las dos.
5.- Mantener el contacto con los seres queridos en casa.
Es esencial mantenerse en contacto con los seres queridos mientras se vive en el extranjero para proporcionarles apoyo emocional cuando lo necesiten. Vivir lejos de nuestro círculo social es difícil, pero hay formas de mantener el contacto a través de la tecnología, como las llamadas por Skype o los mensajes de texto.
6.- Habla con una psicóloga especializada en expats.
Si estás luchando para hacer frente al choque cultural, hablar con una psicóloga expat (moi!) puede ser útil.
Con las herramientas y el apoyo adecuados, el choque cultural puede convertirse en una emocionante oportunidad para crecer y desarrollarse.
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Gabriela asesora a mujeres expatriadas en español, inglés y alemán.